En notas pasadas como ¿Qué es innovación?, definimos este concepto como cualquier invención que tenga una aplicación en el mercado, haciendo de cualquier innovación un posible emprendimiento. Por otra parte, en El fracaso en emprendimientos tecnológicos en México y El fracaso en emprendimientos universitarios, se mencionaron algunas razones por las cuales los emprendimientos fracasan. Sin embargo, también es importante comprender a profundidad la base de cualquier emprendimiento para así, aumentar sus probabilidades de éxito.
En esencia, todos los emprendimientos son proyectos o negocios en marcha. La diferencia entre un proyecto y un negocio en marcha es simple: el primero únicamente ha sido plasmado en papel, mientras que el segundo ya tiene un historial de ejecución.
Según Gabriel Baca Urbina, existen tres razones por las que se crean los proyectos y los futuros negocios en marcha: para resolver una necesidad, para solucionar un problema y para aprovechar una oportunidad. Normalmente los emprendimientos se relacionan con la primera razón, sin embargo, no es lo mismo una necesidad que un problema. Una necesidad es una acción que debe de realizarse para garantizar el bienestar o la supervivencia de un individuo y un problema es la disyuntiva que existe entre una situación deseada y una real.
Independientemente de la razón por la que se genera un emprendimiento, cada una de ellas lleva consigo un toque de innovación. Al satisfacer una necesidad que no ha sido atendida, se introduce algo que no tiene un precedente en el mercado. Al solucionar un problema, se busca una manera distinta de abordar la situación que lo ha generado. Finalmente, al aprovechar una oportunidad, se busca atender un sector que ha sido descuidado.
Para identificar si un emprendimiento es rentable o no, se deben analizar aquellos factores determinantes de su éxito o fracaso. Por ello, la herramienta que todo emprendedor necesita conocer es la Evaluación de Proyectos que abarca conceptos y elementos clave como la definición misma de un proyecto, los conceptos financieros y contables, la preparación necesaria para su desarrollo, la evaluación del mismo, entre otros.
Existen cinco estudios indispensables a considerar para evaluar un proyecto:
Estudio de mercado que analiza el impacto de las innovaciones en el mercado.
Estudio técnico que analiza el impacto de la demanda del mercado dentro de las operaciones del proyecto.
Estudio económico - financiero que determina el impacto económico generado por las operaciones del negocio.
Estudio legal que analiza los requerimientos necesarios para la operación del emprendimiento.
Estudio ambiental que analiza el impacto ambiental generado por las operaciones del negocio.
Basándonos en esta información, es posible estimar adecuadamente los recursos y esfuerzos necesarios para el desarrollo y la evaluación del proyecto o negocio. Además, la Evaluación de Proyectos ayuda a resaltar qué tanto potencial tiene el mismo, le otorga un valor monetario, permite una mejor negociación, facilita el acceso a apoyos y financiamientos y contribuye a la toma de decisiones, entre muchos otros beneficios.
Sí es posible incrementar las posibilidades de éxito de un emprendimiento, y para ello es necesario conocer y aplicar las herramientas correctas para identificar, contrarrestar y prevenir imprevistos que nos puedan llevar al fracaso.
En Complexity & Innovation Hub (CiHub) somos el lugar donde sí ocurre la innovación. Llevamos a las organizaciones al siguiente nivel evolutivo, mediante diversas metodologías, técnicas y estrategias; capitalizamos sus fortalezas y encontramos caminos que logren la innovación, sostenibilidad y rentabilidad en sus proyectos.
CiHub, el lugar donde sí ocurre la innovación.
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